Ligereza: El aluminio es un material ligero, lo que facilita el transporte y la maniobrabilidad de la silla de ruedas, tanto para el paciente como para el cuidador.
Durabilidad: A pesar de ser ligero, el aluminio es un material resistente y duradero, capaz de soportar el peso del usuario y resistir el desgaste diario.
Resistencia a la corrosión: El aluminio es resistente a la corrosión, lo que lo hace ideal para su uso en entornos húmedos o donde pueda haber contacto con líquidos.
Fácil mantenimiento: Las sillas de ruedas de aluminio son fáciles de limpiar y mantener, lo que garantiza una mayor higiene y durabilidad.
Variedad de modelos: Existe una amplia variedad de modelos de sillas de ruedas de aluminio, con diferentes características y funcionalidades para adaptarse a las necesidades de cada usuario.
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